ROJO UNICORNIO
Resulta chocante encontrarse
un unicornio al caminar,
rojo entre las brumas,
mientras las verdosas praderas,
ineludibles abrazan hoy
al dios del trueno.
En la oscuridad cayó la tarde,
despertó la inquietud negra,
sonó tu flauta dulce
más allá del nacimiento
de cascadas, valles y deseos,
cual dulce bálsamo,
repetitiva, reiterante
de añoranzas que hoy anidan
en mi alma sola, fría.
Con todos los afectos extendidos
en mi alisada falda,
soñé hasta amanecer contigo
acompañada del rumor
de tus caricias.
Y las voces acallaron
mi interior imaginado
cuando la luna inició
su alba despedida.
Algunos atardecer castellanos del otoño semejan lagunas de fuego que me acunan. Éste es un atardecer en la provincia de Valladolid.
Quedan tan pocos unicornios en estos parajes, que el hecho de ver uno, sólo el hecho de intuir la cercanía de uno, puede ser algo de consecuencias incalculables. ¡Quedan tan pocos!
ResponderEliminarBonita foto: los atardeceres en castilla son fantásticos...
"Con todos los afectos extendidos
en mi alisada falda," qué bonito Carmen.
Besos
Los atardeceres de Castilla tienen fuego en el cielo, pero los amaneceres entre las encinas, tienen magia ... la de los unicornios.
ResponderEliminarEl ocaso inspira ...
ResponderEliminarExisten los unicornios?.
Tienes talento para despertar emociones con tus escritos..
mis respetos
Has traído a mi memoria la música de Pablo Milanes y su "Unicornio azul", que tu has coloreado de rojo en estos versos otoñales, de nuevo melancólicos y románticos.
ResponderEliminarYo soy de Palencia y solo puedo decir que los atardeceres de castilla en otoño son una maravilla...a veces me quedo mirando al cielo aturdida.
ResponderEliminarBonitta foto
Hola Gaia.
ResponderEliminarTienes un blog precioso.
Y sobre todo, escribes muy bien, sabes transmitir de manera hermosa.
Te felicito.
Efectivamente Alas, hay que soñar unicornios ¡quedan tan pocos!
ResponderEliminarmanuel no conozco los amaneceres entre encinas, pero te aseguro que siento su magia.
1 gato, me encanta despertar emociones y si lo ha conseguido mi poema, me alegro mucho. ¡Ah! y por supuesto que existen los unicornios.
Gracias detective por apreciar el maridaje de la imagen y las palabras.
Besos y abrazos.
Tomás yo conozco la versión de Unicornio azul de Silvio Rodríguez en concierto con Aute. Y es una canción preciosa, pura poesía musicada.
ResponderEliminarSí, es cierto, estoy melancólica, nostágica y otoñal... jajajjaja.
Gubia he viajado a Castilla últimamente y la verdad es que los atardeceres son espectaculares, tal vez en mi paraíso natural asturiano no disfrutemos tan a menudo esos cielos tan rojos y dorados.
Gracias torosalvaje, soy aprendiz de muchas cosas y una de ellas es escribir, celebro transmitir...
Gracias por apsar y comentar. Abrazos.
Es verdad, los ocasos son distintos en diversas partes del planeta...
ResponderEliminarUn abrazo
Omar
Tienes razón, me equivoqué de canta autor. La versión que yo tengo es junto con Los Sabandeños. Preciosa, por cierto.
ResponderEliminarLa luna es adversaria del atardecer.
ResponderEliminarOmar ¿cómo son los ocasos en tu tierra?
ResponderEliminarTomás, no conozco la de los Sanadeños, pero esta con Aute es magnífica y conociendo los Sanadeños será también estupenda.
Gonzalo...mmmmm, la luna adversaria del atardecer, es curioso nunca se me habría ocurrido, veo más el atardecer como el preámbulo de la luna
Me encanta el primer verso: "Resulta chocante encontrarse"
ResponderEliminarEs como "encontrar" una premisa básica: la de que encontrar siempre resulta chocante.
Me he liado mucho o tú me entiendes?
Todo lo que encontramos es nuevo. Si no la persona o el objeto, la situación o el momento, o la época o el entorno.
Y algo nuevo puede resultar chocante. O mejor, debería resultar chocante.
Sería bueno imbuirnos de un poquito de ingenuidad para mantener siempre una actitud similar a la de tu primer verso.
Me ha gustado mucho.
Ana tal vez la segunda estrofa es más floja que las otros dos, tal vez hay que aligerarla un poco y en ello estoy...
ResponderEliminarY el unicornio surgió de las aguas para arremeter contra todos los creyentes... y vió dios que era terrible y no se compadeció...
ResponderEliminarEl unicornio era rojo...
Bellisimo atardecer acompañado de bellas letras.
ResponderEliminarBesos.
Con los afectos extendidos ante las tardes rojas de Castilla. Amoroso y bravío el unicornio: lo imagino así desde tus versos.
ResponderEliminarAbrazo.
Recuerdo esos atardeceres
ResponderEliminary los encuentros con el unicornio
el fuego en el cielo
y el incendio en el alma
Un abrazo
MUY HREMOSO LO QUE HAS ESCRITO CHAVALA,TANTO COMO UN AMANECER DE MADRID,SI NO LO VISTE,TE LO RECOMIENDO,UN BESO,KILLIAN
ResponderEliminarLa verdad es que hace mucho que no amanezco en Madrid... pero lo tendré en cuenta la próxima vez que vaya. Besos, Carlos.
ResponderEliminar¿No son tan hermosos los amaneceres al otro lado del atlántico Carlos?
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