BAILAMOS SIN CARAS
Albos cuerpos me recorren,
sujetos por cadenas anónimas,
sin caras, me abandonan.
Tu espalda zigzagueante
se cruza en mi camino,
tú, que suavizas mi vida,
ya danzas cimbreando
tus piernas y mi alma.
Y bailamos escenas de luz,
manos sin caras,
erizamos nuestras garras,
paseamos, iniciamos
jadeos, susurros,
volcanes y lágrimas.
Lujuria de espumas que diría un amigo paseando playas después de un caldeirada en las costas de Ericeira (Portugal)