OJOS EN MIS OJOS
Sentir ojos en mis ojos, sentirse vivo.
Camino por la calle, sin rumbo, no sonrío, no sé por qué, el día es azul y después de los grises del invierno me sienta bien la luz, hace frío y no lo siento, me siento hormiga entre la gente que pasa, camino aprisa y no sé porqué, me pregunto y bajo el ritmo, no sonrío, miro distraída escaparates, me vendría bien comprar un pantalón en las rebajas, entro y miro unos cuantos amontonados en una mesa, hay más personas revolviendo, me aburren las masas de ropa, soy incapaz de encontrar la recompensa, salgo de la tienda, continuo paseando, no sonrío y no sé por qué, sigo sintiéndome hormiga entre la masa, entro en una librería, compro un libro de Paul Auster, Sunset Street, entro en un café, empiezo a leer el periódico, aprecio mucho poder leer el periódico tranquilamente, aunque tampoco las noticias son para sonreír, la crisis económica y demás ocupan casi todo, voy al cultural, me detengo y saboreo, después voy a la sección viajes, cojo el libro que acabo de comprar, empiezo a leer en la primera hoja "Durante casi un año ya, viene tomando fotografías de cosas abandonadas. Hay como mínimo..." y sí, me atrapa el libro, parece que sonrío, empiezo a encontrarme bien, sí creo que sonrío, o tal vez me esfuerzo por sonreír y continúo leyendo mucho rato, empiezo a levantar la mirada...“alguien me sigue mirando. Aún se preocupa por mi. Eso es lo que me parece maravilloso. Ojos en mis ojos”. Entonces lo comprendo todo y sonrío.