Lisboa 8. Ponte 25 Avril
Las gotas de agua resbalan por los cristales de la ventana de mi habitación, levanto los ojos y entre brumas te veo gris y suspendido. Te pregunto ¿dónde están tus luces de anoche?. "Al pie del Cristo te esperaré para disfrutar el último sol del atardecer”, dijiste ayer. Se encendieron las luces de la noche e incluso ayer había más luces que otros días. Estamos en Navidad y en Navidad las luces alumbran sentimientos comerciales.
Las gotas de agua resbalan por los cristales de la ventana de mi habitación, levanto los ojos y entre brumas te veo gris y suspendido. Te pregunto ¿dónde están tus luces de anoche?. "Al pie del Cristo te esperaré para disfrutar el último sol del atardecer”, dijiste ayer. Se encendieron las luces de la noche e incluso ayer había más luces que otros días. Estamos en Navidad y en Navidad las luces alumbran sentimientos comerciales.
Ahora amanezco y te has ido, está gris y llueve en el cielo de Lisboa. Yo llego y tú te has ido y esta tarde volveré al pie del Cristo, bajaré a Calcilhas para cenar, regresaré a Cais do Sodré en el último barco de las diez y se ahogarán en el Tejo mis últimas lágrimas.
Las gotas de lluvia resbalan por los cristales y dos lágrimas bajan explorando lentamente la tez de mi cara, bordeando los labios y se quedan enganchadas a mi lengua, a mi alma, que te hoy te añora.
Ayer llovía en Lisboa y la Ponte 25 de Avril lucía gris entre las brumas.
Entradas
No me gusta leer tus recuerdos de Lisboa. Lo llevas tan dentro de la piel que tus dedos lloran letras.
ResponderEliminarY lo añoro.
"Mi alma que hoy te añora" y a veces mucho más tiempo que solo hoy.
ResponderEliminarSaludos, muy hermos ;)
Espléndido, sencillamente espléndido y lleno de melancolía tu relato, una melancolía, pienso, tan natural como inevitable aflorando por los poros de tu piel. Y en la imagen el puente, con el recuerdo de aquel día histórico de la revolución del clavel.
ResponderEliminarBonito, parece que en los días grises, dejamos que nos invada un sentimiento melancólico, verdad?
ResponderEliminarLágrimas que bajan el camino de los pasos siguiendo el río de nuestro dolor...
ResponderEliminarPreciosas letras, hermoso Lisboa!
Un saludo!
Me encanta...sentimental, triste ...bellas letras.
ResponderEliminarLos puentes me gustan...conectan mundos paralelos...a traves de esperanzas, sueños, añoranzas, verdades y dolores...y nos devuelven la palabra.
Un abrazo
Que bonito y que bucólico, los recuerdos que más presentes nos quedan, son aquellos que de alguna manera nos han pinchado el corazón como una vacuna, por que perduran siempre con la misma sensación, aunque pasen los años.
ResponderEliminarPrecioso.
Besucos!
¡Qué bien lo dices detective! efectivamente Lisboa es un estado de ánimo.
ResponderEliminarAna estoy deseando volver a Lisboa y compartir algunos fados en Abayuca.
dragon... últimamente mi alma siempre añora.
Tomás, efectivametne melancólico tengo este otoño que Lisboa ha potenciado.
Gubia... y qué a gustito estamos en los días grises en la melancolía.
Artemis, inevitablemente las slágrimas, a veces, también nos acompañan.
tic tac, a mí también me gustan los puentes, siempre pienso que unen pero supongo que también separan, según en que dirección viajen las almas.
zebedeo ¡qué bien encontrarte en Lisboa!
Que emotivo, muy lindo.
ResponderEliminarSaludos marinos
Comparto tu melancolía, a mi lo gris del aire, me desabriga el alma...
ResponderEliminarUn abrazo
Nostalgias
ResponderEliminarLetra de Enrique Cadicamo.
Musica de Juan Carlos Cobian.
Compuesto en 1936.
Quiero emborrachar mi corazón
para olvidar un loco amor
que más que amor es un sufrir...
Y aqui vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas.
Si su amor fue flor de un dia,
por que causa es siempre mia
esta cruel preocupación.
Quiero, por los dos, mi copa alzar
para olvidar mi obstinación,
y más la vuelvo a recordar.
Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración...
Angustias
de sentirme abandonado
y sentir que otro a su lado
pronto, pronto le hablara de amor...
Hermano,
yo no quiero rebajarme
ni pedirle ni rogarle
ni decirle que no puedo más vivir.
Desde mi triste soledad
vere caer las rosas muertas
de mi juventud.
Gime, bandoneón, tu tango gris
quizas a ti te hiera igual
algun amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas.
Si las copas traen consuelo,
aqui estoy con mi desvelo
para ahogarlo de una vez.
Quiero emborrachar al corazón
para después poder brindar
por los fracasos del amor.
Con un tango de estos hago juego con tu post... Un beso.
bordeando los labios y se quedan enganchados en mi lengua,muy hermoso,killian
ResponderEliminarme hacés desear Lisboa. Disfrutá y seguí contando.
ResponderEliminarbesos