SILLA VACÍA
Algunos días bebo
lluvia de cristales,
vestida de arcilla
intento torpes vuelos.
Si viene a rescatarme tu recuerdo
sonrío, sobrevuelo distancias,
construyo puentes de deseo.
El asfalto, algunos días,
atraganta mi paso,
gris empeño del reloj
en pasar despacio,
me bloqueo y no fluye
el nudo de mi estómago.
Necesito sentarme
a la sombra de tus canas,
ganar altura y respirar
el aroma de tus besos,
pero una silla vacía
me acompaña.
Algunos días bebo
lluvia de cristales,
vestida de arcilla
intento torpes vuelos.
Si viene a rescatarme tu recuerdo
sonrío, sobrevuelo distancias,
construyo puentes de deseo.
El asfalto, algunos días,
atraganta mi paso,
gris empeño del reloj
en pasar despacio,
me bloqueo y no fluye
el nudo de mi estómago.
Necesito sentarme
a la sombra de tus canas,
ganar altura y respirar
el aroma de tus besos,
pero una silla vacía
me acompaña.
Sentí la silla vacía cuando hacía esta foto al atardecer en verano desde un cenotafio en Jaisalmer, Rajastán (India)
El poeta es un fingidor, de acuerdo. Pero también expresa su sentir a borbotones, sobre todo si las musas sobrevuelan por parajes como el que muestra la imagen.
ResponderEliminarHoy la belleza
ResponderEliminarestá en su trono!
Tu poema,que adoro
y esa fotografía....
Besos
Ante un atardecer como ese urge la necesidad de compartirlo en ese mismo momento, pero la silla vacía lo tiñe de cierta melancolía y te permite, tal vez, llegar más lejos en ese atardecer, que hoy y ahora sigue atardeciendo porque la ausencia nunca termina.
ResponderEliminarUn beso, Gaia.
Ese nudo en el estómago no me deja descansar tranquila desde hace 2 semanas, por el deseo de estar a la sombra del hombre que amo...
ResponderEliminarahhh, éste nudo no quiere dejarme respirar...
Besos
Con retraso por causa del trabajo, pero aquí estoy para agradecer tu paso.
ResponderEliminarPrecioso poema...ya me imagino la vista sentado en ese cenotafio.
Un saludo
Lo malo, mi querida Gaia, no es esa silla vacía ante una puesta de sol, lo malo es que nunca sea ocupada ni ante una mirada al horizonte marino,o a los picachos de unas cumbres doradas por el sol del atardecer,o a las blancuras de las dunas del desierto, lo malo es que la silla siempre esté vacía y sin esperanza de ser ocupada.
ResponderEliminarUn beso
Es hermoso encontrar compañía en una silla vacía.
ResponderEliminarPeor sería encontrar soledad.
Muy bello poema.
Besos.
Que fotaza y que texto, en la India!!!!
ResponderEliminarNo me extraña de tu inspiración, y esa silla vacia ya está llena de espectantes lectores que disfrutamos con tu blog.
Un abrazote
Sobrevuelo distancias Gaia, para felicitarte ante esta poesía tan bien resuelta; cuando el autor deja fluir los sentimientos y ellos se transforman en arte, yo, me siento reconfortado.
ResponderEliminarUn beso de xavier.
Con mis mayores deseos de que pases tú y tu familia unas felices Navidades.
ResponderEliminarUn abrazo
VILLANCICO DE NAVIDAD
Terly
Fue un día veinticinco de Diciembre,
cuando nació el Niño Jesús en Belén,
¡Qué frío más grande el de aquella noche!
se helaron los charcos y el pozo también.
María y José cantaban al Niño
canciones más viejas que Matusalén
y los pastorcillos con gracia sonaban
zambombas, panderos y hasta la sartén.
Mientras la mula y el buey resoplaban
y daban calor al Rey en los pies,
los Magos le dieron valiosos regalos
de oro, incienso, mirra y dijeron, amén.
Una estrella brillaba en el cielo
que iluminaba toda Jerusalén,
¡anuncio de Dios que a todos traía
un mensaje de amor, de paz y de bien!...
A veces se impone el poeta, a veces se impone la poesía...
ResponderEliminarBesos
pronto vendrá el recuerdo para rescatarte y llenar esa silla vacía. Cuando nos atrapa el recuedo y se convierte en presente somos capaces de levantar muros de contención contra el bloqueo y el dolor.
ResponderEliminarenorme poema
Una foto preciosa. Acabo de utilizar esa silla vacía para sentarme a descansar un ratito mientras pasaba a desearte una Feliz Navidad.
ResponderEliminarHermoso poema, lleno de luz pero también de ocaso...voy a leerte un poco más. Me demoro un rato en tus versos...
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