viernes, 30 de junio de 2006




Ligeramente ladeada su cabeza
duerme en mis manos mi amada
bajo un suave almohadón imaginado
y una manta de etéreo mohair
apoyada encima de sus piernas.

Ese esbozo de sonrisa
de quien sabe deja atrás
casi todo el camino recorrido
mientras espera el placentero
discurrir de un tiempo no llegado.

Hechizado por su piel de luna
vivo al sol sin despertarme
desperezando mi deseo
entre olas y espumas
al rompiente en la mañana.

Inaccesible me presenta
el blanco e inmaculado mármol,
una delicada presencia de quien fue,
ya no es, y fría se ha quedado
en este instante suspendida.

La escultura corrersponde al Museo Atheneum, en Helsinki.

1 comentario:

  1. Interesante el poema aunque, si me lo permites, con alguna contradicción, no sé si intencionada o no, en algunos versos. Pienso que así quedaría mejor el poema aunque claro, tu eres la autora y tu decides.

    Ligeramente ladeada su cabeza
    duerme en mis manos mi amada
    bajo (sobre) un suave almohadón imaginado
    y una manta de etéreo mohair
    apoyada encima de sus piernas.

    Ese esbozo de sonrisa
    de quien sabe deja atrás
    casi todo el camino recorrido
    mientras espera el placentero
    discurrir de un tiempo no llegado (que se pierde).

    Hechizado por su piel de luna
    vivo al sol sin despertarme (,)
    desperezando mi deseo
    entre olas y espumas
    al rompiente en la mañana.

    Inaccesible me presenta
    el blanco e inmaculado mármol,
    una delicada presencia de quien fue,
    ya no es, y fría se ha quedado
    en este instante suspendida.

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