miércoles, 24 de mayo de 2006


Era el atardecer en los mares de Finlandia, yo navegaba cerca de Helsinki, frente a la isla Soumelina, recuerdo la luz especial de primavera, la quietud del momento suspendido y la magia de la historia hablando en sus piedras.


La luz tamizada en esta tarde
acaricia los tímidos verdes,
aún pendientes de brotar,
y reposa en granitos aflorando
tal vez redondeados a golpe
de la historia que protegen.

Me siento fortaleza acunada
por las suaves islas de agua,
navego rodeada de murallas
y oigo cañonazos a mi paso,
transito abrazada al silencio
solamente acompañado
por pequeños chapoteos de gaviota.

Al volver la cabeza entre las brumas,
despido tus encantos, Soumelina,
y triste te abandono esta tarde.


1 comentario:

  1. Me alegra que disfrutes tanto lo que almacenas en la memoria, un beso

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